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USO destaca que a pesar de tener un récord de 20,8 millones de afiliados a la Seguridad Social, actualmente hay menos jornadas laborales en comparación con hace cuatro años. Hasta el primer trimestre de este año, aún no se han recuperado 77.884.100 horas de trabajo en comparación con el último trimestre de 2019, que fue antes de la crisis del COVID-19.
Esto implica que ''las horas de trabajo se reparten entre más personas. Y, por lo tanto, también los salarios. Hay más personas trabajando y ganando menos'', concluye Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Sin embargo, Pérez sugiere que si esta es la tendencia, debido a los avances positivos en la robotización e informatización de trabajos y procesos, se debe abordar una redistribución del trabajo. Según USO, si el descenso continuo de las jornadas laborales es estructural y más personas trabajan pero menos horas, es necesario revisar lo que se considera una jornada completa y ajustarla a la realidad. Pérez invita a considerar que el concepto de una jornada completa de 40 horas semanales ya no es aplicable.
Pérez explica que no es justo que se hable de cómo la inteligencia artificial reducirá el tiempo y las horas de trabajo, pero siempre se piense en empobrecer a los trabajadores. Si habrá menos carga de trabajo pero más riqueza, entonces el trabajo debe ser valorado de manera justa, y la cantidad de horas trabajadas, ya sea 37, 35 o 32, debería equivaler al salario de una jornada completa.
Por otro lado, resaltan que la duración media de los contratos laborales ha disminuido en comparación con 2021. A pesar del aumento en la firma de contratos indefinidos a jornada completa, que se ha multiplicado por 2,6, también ha habido un crecimiento en los contratos a jornada parcial y los contratos fijos discontinuos. Las jornadas parciales se han multiplicado por 3,5 y los fijos discontinuos por 11,5.
Además, se observa que la duración media de los contratos es ahora de 43,91 días, en comparación con los 52,71 días de hace dos años. El aumento de la rescisión de contratos indefinidos ha sido del 70,7% desde abril de 2022 a abril de 2023. Todos los supuestos de baja han aumentado, especialmente el despido por causas objetivas imputables al trabajador y el pase a inactividad de un fijo discontinuo, que se ha más que duplicado en un año.
En cuanto a los contratos temporales, el 40% de los contratos firmados duraron menos de una semana, lo que indica que no se han abordado los problemas estructurales en las relaciones laborales.
Además, los trabajadores con contratos indefinidos han experimentado una disminución en sus salarios, mientras que los trabajadores temporales han visto un aumento en sus ingresos. Esto puede deberse al empobrecimiento medio de los trabajadores con contratos indefinidos, ya que pueden no estar empleados durante todo el año, a pesar de tener contratos indefinidos.
También se enfatiza la necesidad de controlar el mal uso de los contratos fijos discontinuos, para evitar que se conviertan en una herramienta de disposición laboral. Se ha observado un aumento significativo en las altas y bajas de personas con este tipo de contrato, incluso en comparación con el año pasado. Actualmente, hay 507.000 personas en la categoría de ''no ocupados'' pero con una relación laboral vigente, lo cual representa más del doble en comparación con el año anterior. Esto implica que hay más de medio millón de desempleados reales que no se contabilizan como tal.
En resumen, los principales puntos destacados son:
• A pesar del récord de afiliados a la Seguridad Social, hay menos jornadas laborales que hace cuatro años.
• Las horas de trabajo se reparten entre más personas, lo que resulta en salarios más bajos.
• Se plantea la necesidad de revisar y ajustar la definición de una jornada laboral completa.
• A pesar del aumento en los contratos indefinidos, también ha habido un crecimiento en los contratos a jornada parcial y los contratos fijos discontinuos.
• La duración media de los contratos ha disminuido, y la rescisión de contratos indefinidos ha aumentado.
• Los trabajadores con contratos indefinidos han experimentado una disminución en sus salarios, mientras que los temporales han visto un aumento.
• Se hace hincapié en la necesidad de controlar el mal uso de los contratos fijos discontinuos.
• Existe un número significativo de desempleados reales que no se contabilizan oficialmente. |
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